Hola,
… y yo que pensaba que localmente no iba a tener suficientes «noticias» para comentar.
En septiembre aparece una intoxicación con 15 afectados de salmonelosis que al parecer se han contaminado con un tiramisú de un restaurante logroñés de reciente apertura.
http://www.larioja.com/v/20110930/rioja-logrono/salud-investiga-restaurante-logrones-20110930.html
http://whttp://www.elcorreo.com/alava/v/20111001/rioja/salud-investiga-causas-intoxicacion-20111001.html
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=944013
http://www.rioja2.com/n-86902-2-Intoxicados_tiramisu
Bueno, todas dicen más o menos lo mismo ya que el origen es la nota de prensa de la Dirección General de Salud y lo distribuye la agencia EFE.
Pero ponemos esta noticia, no por lo que dice, si no por lo que NO DICE.
Está muy bien que seamos prudentes con las acusaciones pero también tenemos que tener claro que quién la hace la paga.
Salud parece que ha iniciado un expediente sancionador, perfecto. Pero … ¿no le corresponde en último término a los consumidores castigar o no al restaurador irresponsable?.
¿Por qué no se hace público el restaurante?
Quiero recordar aquí, al hilo de este caso, otros dos casos significativos de los últimos años con restauradores:
– Toñi Vivente: La primera mujer con estrella Michelin en Galicia, sancionada en 2008 por Salud por servir Vieiras con toxina paralizante, además con conocimiento de que se recogían en zonas prohibidas e ilegales (precisamente por esa razón). Bien, la sanción era obvia, pero lo «bonito» en mi opinión es que al final, tuvo que cerrar su restaurante por falta de clientes.
– The Fat Duck Restaurant, Heston Blumenthal: Después de El Bulli y Ferrán Adriá, ha sido considerado el siguiente. Habitualmente entre los 5 primeros los últimos años (este año el 5º), según la revista Restaurant. Bien, pues aún siendo uno de los mejores del mundo (y de los más caros, no sirven menú del día, su plato estrella es Ostras y jalea de maracuyá y lavanda, servido en una cáscara de ostra). Durante 2009 sufrió un incidente con norovirus que afectó a unos 800 comensales. El restaurante continúa pero sufrió la publicidad negativa (asumió las consecuencias de su error) y, de momento, ha conseguido mantenerse. La planificación de seguridad alimentaria – APPCC y Buenas Prácticas – del establecimiento incluye revisiones periódicas de higiene y analisis mensuales de sus platos.
Volviendo a La Rioja y nuestro caso actual, considero que debe hacerse público quién comete el error y luego el consumidor decidirá si refrenda la sanción o no. Esos ejemplos anteriores parecen antagónicos pero no lo son; ocurrió un incidente, se hizo público, actuó inmediatamente la Administración competente y, pasado el peligro inminente, actuó el consumidor general.
Pero para que esto pueda funcionar es preciso INFORMACIÓN Y TRANSPARENCIA para el consumidor, que sepa TODO sobre el caso y pueda optar de forma razonable.
NOTA: Toñi Vicente, cerró el restaurante en Santiago llamado «Toñi Vicente» en enero de 2009, pero en el año 2010 abrió un nuevo restaurante en Noalla (Sanxenxo); pero también lo cerró o sustituyó en este año 2011 en el que ha abierto uno nuevo en San Adrián de Cobres (Vigo) y que se llama Laurel (que casualidad).